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  • Foto del escritorYoe Carrero

¿Por qué un carril más no mejora el tránsito vehicular?

Cuando los autos se inmovilizan en un atasco vehicular, comienza una protesta silenciosa que va más allá del sonido de las bocinas. Los conductores atrapados en sus vehículos se preguntan: ¿Por qué no ensanchan la calle? ¿Por qué no añaden un carril más? Una brillante idea que, estoy segura, se nos ocurre a la mayoría de los que vamos en ese atasco. Es como si la solución estuviera al alcance de la mano, pero como un sueño, se desvanece al despertar. Definitivamente un carril más no mejora el tránsito vehicular.

  

El tráfico vehicular es un problema omnipresente en la mayoría de las grandes ciudades del mundo.

A menudo, la solución obvia es agregar más carriles a las carreteras existentes. Sin embargo, esta solución no es tan sencilla como parece a primera vista. Por esto, en este artículo les resumo el por qué simplemente ensanchar las carreteras no es la respuesta definitiva para aligerar la congestión vehicular y por qué debemos considerar enfoques más holísticos para abordar este desafío urbano. 


autopista Katy Freeway

 

LO QUE SE HA HECHO HASTA EL MOMENTO

En la mayoría de las grandes ciudades que aún siguen entendiéndose como convencionales; es decir, que no han aplicado otras soluciones a la congestión vehicular como medios de transporte alternativos o transporte público masivo y de calidad, el tráfico vehicular es un problema omnipresente. A pesar de que se sigue invirtiendo en nuevas vías, se ensanchan las carreteras y se agregan más carriles, el problema no desaparece y hace que la población tenga una idea de que lo que se está haciendo no es suficiente. Y con toda razón porque realmente no es suficiente y, en muchos casos, tampoco necesario.

  

No solo se han construido más carriles y se han ensanchado calles, sino que se han invertido billones de dolares en autopistas, elevados, distribuidores, pasos subterráneos y carreteras de hasta 50 carriles ¿Y qué creen? Seguimos teniendo los mismos problemas. De hecho, desde la década de los 60 los planificadores urbanos ya anunciaban que el ensanche de las carreteras y la construcción de nuevas vías no solucionaban los atascos vehiculares, esto debido a una teoría que denominaron “demanda inducida”.  


¿QUÉ ES LA DEMANDA INDUCIDA?

La demanda inducida sugiere que cuando se construyen nuevas carreteras o se agregan carriles a las vías ya existentes, más personas se animan a conducir. Esto se debe a que inicialmente puede que los tiempos de viaje sean convenientes, pero una vez se suman nuevas personas a la red de automóviles, regresa la congestión y se anulan los beneficios iniciales. Es el mismo principio de la demanda inducida en la economía; cuando ofreces un producto y lo vendes como algo mejor o más barato, las personas lo van a utilizar.

  

Pero esto desde hace décadas no es solo una teoría sino que se ha convertido en un fenómeno comprobado alrededor del mundo después de que algunas carreteras y autopistas hayan sido agrandadas solo para empeorar la situación.

 

Dentro de los ejemplos más famosos de demanda inducida –y de que añadir carriles no sirve de nada- es el de la Autopista Katy Freeway en la zona metropolitana de Houston. Esta es la Autopista más ancha de los Estados Unidos y cuenta con hasta 26 carriles en su punto más amplio después de 2011 cuando fue inaugurada su ampliación. Antes de 2008 la Katy Freeway estaba colapsada y se invirtieron 2.8 millones de dólares para aliviar la congestión vehicular. Sin embargo, no solo no funcionó, sino que empeoró. La agencia de monitoreo de tráfico de Houston publicó datos que arrojaron que los tiempos de viaje aumentaron un 33% por la mañana y un 55% por la tarde.  


Katy Freeway. La autopista más ancha de Estados Unidos

SOLO MÁS PROBLEMAS

Enfocarse en la construcción de más vías, carreteras y autopistas o en ampliar las ya existentes no solo trae más problemas al tránsito vehicular, sino que malgasta recursos públicos, pues como lo comprobó el ensanche de la Katy Freeway, se gastaron 2.8 billones de dolares para nada. Además, se incentiva el uso de métodos de transporte contaminantes y modifica la geografía humana y económica, volviéndola dependiente al vehículo debido a que crecen nuevos desarrollos urbanos alrededor de lo primero que existe: la carretera. Esto trae como consecuencia que esos nuevos desarrollos estén pensados alrededor de los autos y los peatones no tengan muchas opciones de movilidad alternativas a estos.

 

A nivel de costo para las ciudades esto se está convirtiendo en algo cada día mas importante, pues cada año se gastan miles de millones de dólares en infraestructura para los autos particulares sin que se recupere de alguna manera esa inversión. Es decir, sin obtener beneficios económicos que permitan mantener las mismas ciudades.

   

Otro tema complejo alrededor de la construcción de más vías es el ámbito social y lo comprometidas que pueden estar algunas comunidades si alguna de estas nuevas vías atravesara parte de sus barrios. Esto terminaría por desplazar familias enteras. Casos como estos existen desde que nació el mercado automotor. Y, SPOILER ALERT: tampoco ha solucionado nada. Al contrario, se crea un nuevo problema: gentrificación o desplazamiento forzado. 


ENTONCES ¿POR QUÉ SIGUEN CONSTRUYENDO MÁS CARRETERAS Y AUTOPISTAS?

Lamentablemente, el discurso de “aliviar” la congestión vehicular es bastante atractivo para los políticos. Una de las formas más simples pero también visibles de demostrar que se está “haciendo algo” parece ser a través de la infraestructura para vehículos particulares, por lo que es una carta que tiene la capacidad de conseguir votos. Asi que, aunque los estudios digan lo contrario y los expertos recomienden tomar acciones contrarias a la ampliación de las carreteras, los políticos y quienes toman las decisiones parecen estar, en su mayoría, negados a hacer el cambio y continuar por el mismo camino. Salvo algunas excepciones.

 

Algunos países y administraciones locales se han dado cuenta de que el camino que se ha tomado hasta ahora no es la solución y que, en muchos casos, esa solución ha terminado por empeorar el problema inicial. Así que se ha optado por hacer lo contrario: eliminar vías.  

 

¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN AL TRÁFICO VEHICULAR?

Algunos expertos sugieren que la solución a la demanda inducida sería, en realidad, revertirla activamente mediante la demanda reducida. Esta acción parte de eliminar las autopistas o vías exclusivas para autos particulares para reducir el tránsito de estos. Además de reducir el tráfico vehicular, esta acción puede estimular nuevos espacios públicos de calidad e incentivar el desarrollo de estrategias de transporte público diferentes a las convencionales.  


Actualmente ya existen casos exitosos de demanda reducida. Incluso han demolido infraestructura pesada, como es el caso de una autopista en Corea del Sur y en la que en su lugar decidieron recuperar el arroyo que habían eliminado para desarrollar espacio público de calidad. 


La mayoría de las propuestas de solución a la congestión vehicular nacen de construir desde cero o añadir más de algo aunque se tenga la certeza de que no funcionará. Poco se ha experimentado en construir sobre lo que en algún momento fue exitoso, adaptarlo a las dinámicas actuales o potencializar sus atributos. Mejorar la infraestructura ya existente, estrategias integrales que involucren transporte público de calidad y medios de transporte alternativos son algunas de las recomendaciones y apuestas que se están dando en algunas ciudades que han decidido cambiar el rumbo en pro de la mejora de la congestión vehicular.




   

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