Una de las preguntas que siempre me hago cuando salgo a caminar a cualquier lugar en Estados Unidos -que no sean las ciudades típicas caminables como Nueva York o Boston- es ¿dónde están las personas? Es como si a nadie le gustara salir al espacio público. No hay nadie ¿por qué las ciudades en Estados Unidos se ven vacías?
De hecho, caminar en muchas zonas de distintas ciudades en Estados Unidos es considerado algo “extraño”. Puedes encontrar historias en la web sobre personas interceptadas por la policía por estar caminando, todo porque a la misma policía le parece poco común. Sin ir muy lejos, uno de los comentarios que más me han marcado desde que empecé a conocer más del urbanismo norteamericano ha sido:
Si ves muchas personas caminando en la calle, es probable que estés en una mala zona.
Esta persona no estaba haciendo referencia al escenario que últimamente vemos en los medios sobre personas caminando en las calles al estilo zombie y bajo los efectos de alguna droga, sino que se estaba refiriendo a personas que se podrían estar movilizando hacia sus casas, trabajos o supermercados. Así que esta idea me hizo pensar, desde mi desconocimiento sobre cómo funcionan las ciudades en Estados Unidos y su historia, que tener un automóvil era señal de estatus socioeconómico. Sin embargo, es mucho más que eso.
El papel del carro particular:
Esto tiene mucho - o todo - que ver con la historia de las ciudades y la expansión urbana que no es otra cosa sino cómo, en muy pocos años, las ciudades han pasado de estar compuestas por un centro y cuatro calles a tener miles de kilómetros de extensión, algo que ha sido posible principalmente gracias al carro.
Antes de los carros nuestra única opción era vivir y trabajar dentro de unas cuantas cuadras a la redonda o hasta donde nos permitieran ir nuestras piernas o animales, pero después de los carros aumentaron las posibilidades para expandir las ciudades o desarrollarlas desde cero en cualquier parte de ese espacio disponible y sin construir.
Pero el carro fue solo un medio para salir de los centros urbanos que para el momento se sentían congestionados, insalubres e inseguros, una realidad que se ha vivido en los centros urbanos de, prácticamente, todo el mundo. Sin embargo, Estados Unidos, a diferencia de países en Latinoamérica, desarrolló un proyecto al que me gusta llamar el “estilo de vida carrodependiente”. El termino car dependency es uno de los más estudiados en Estados Unidos en cuanto a urbanismo debido a la cantidad de problemáticas que la dependencia al carro deja como consecuencia.
¿Por qué lo llamo proyecto?
La dependencia al carro es un concepto basado en las consecuencias del uso del carro particular como método de movilidad para las actividades de la vida cotidiana. Pero esto no es sino la consecuencia de un proyecto en el que se vendió al carro particular como sinónimo de futuro, progreso y de estabilidad para la vida personal y familiar. El carro particular sigue siendo hoy en día una meta para muchas personas, un objeto de deseo y una especie de recompensa por tu trabajo. Y así fueron vendidos los primeros carros particulares producidos en masa.
Pero resulta que en ciudades en las que su desarrollo urbano ha girado alrededor de los automóviles, el carro resulta todo lo anterior y también una necesidad.
La particularidad en Estados Unidos:
Con la producción de los carros particulares, en 1921 se llevó a cabo un plan por parte del Estado para construir una red nacional de autopistas que conectaran todo el país. Esto permitiría a las personas moverse fácilmente de un lugar a otro de forma rápida y así desplazarse de los centros urbanos a otras zonas menos densas todos los días si así lo quisieran.
Para la década de los 30’s este plan también se acompañó de nuevos desarrollos suburbanos y de incentivos económicos que buscaban que cada día más personas ocuparan esos suburbios, por lo que todas estas acciones y otras particularidades socioeconómicas que estaban ocurriendo en el momento y, especialmente, después de la segunda guerra mundial, dieron como resultado lo que hoy conocemos como grandes suburbios.
El carro como necesidad:
A partir de este momento, el carro dejó de ser un sinónimo de estatus social o económico para convertirse en una necesidad. Tener un carro particular es especialmente necesario si vives en algún suburbio pues, aunque aparecieron las grandes autopistas y los grandes desarrollos de vivienda suburbana, no apareció por ningún lado una alternativa para transporte, mucho menos transporte público.
Pero los carros, las viviendas suburbanas y los incentivos económicos no fueron los únicos participantes de este nuevo estilo de vida carrodependiente, sino que también lugares como centros comerciales, zonas de servicios y hasta escuelas se adaptaron a la dinámica del carro. Aparecieron los grandes lotes de estacionamiento, espacios para pick-up y drop-off, el tan adorado drive-thru o mejor conocido como “Auto Mac” y los drive-in que dieron vida a los auto cines o restaurantes en los que te llevaban la comida hasta tu carro.
El problema:
El problema con este estilo de vida dependiente al carro particular y de vivir en los suburbios son las graves consecuencias sociales, económicas, ambientales y hasta de salud que puede traer.
Las zonas suburbanas están caracterizadas por una baja densidad, lo que quiere decir que por metro cuadrado viven muy pocas personas. Esto provoca un elevado costo en el presupuesto que se necesita invertir para infraestructura pública y de servicios. Es decir, los suburbios están costando mucho dinero. El costo de llevar servicios básicos a zonas nuevas y alejadas es elevado. De hecho, algunas zonas requieren ser subsidiadas por el Estado para poder mantenerse, pues, debido también a la baja densidad, no se pueden obtener los beneficios económicos que tendría una zona con alta densidad y que cuente con otros usos como comercial o de servicios.
Entonces ¿dónde está la gente?
Esta pregunta nace de mi total desconocimiento por la realidad e historia urbana de Estados Unidos y, al mismo tiempo, de las dinámicas sociales a las que he estado acostumbrada en ciudades latinoamericanas. Pero como soy una intensa de la planificación urbana y la historia de las ciudades, quise investigar y responder por si alguien más se ha hecho esta misma pregunta.
Entonces, sin duda, hay distintos focos desde los cuales se puede responder a esta pregunta. Pero en el contexto de este artículo y lo que he investigado para responderme a mí misma, la respuesta es: en sus carros. Debido a la congestión vehicular y al hecho de tener la necesidad –o facilidad (?)– de hacer todo con y desde sus carros particulares, las personas pasan una gran cantidad de tiempo dentro de sus vehículos. De igual forma es importante considerar la zona en la que se esté, pues, si se trata de un área con una baja densidad, la respuesta es: porque viven muy pocas personas allí.
Y claro que la expansión urbana no es algo que se pueda detener –no mientras la población mundial siga creciendo, cambiando y moviéndose constantemente– pero si se podría retrasar o disminuir su aceleración tratando, al mismo tiempo, de que esas nuevas zonas sean más fuertes y resilientes.
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