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  • Foto del escritorYoe Carrero

Endofobia: un problema entre migrantes venezolanos

Actualizado: 26 sept 2023

Desde que la migración venezolana se volvió una de las noticias más recurrentes, escuchar y vivir casos de xenofobia ha sido algo que, lamentablemente, también se ha vuelto común. Pero, si la xenofobia es el rechazo a los extranjeros ¿qué pasa cuando ese rechazo es hacia personas que comparten la misma nacionalidad? ¿cómo le llamamos al desprecio que podríamos llegar a sentir hacia personas de nuestro mismo país y por qué nos pasa esto?


migrantes venzolanos en la frontera

Foto: David Peinado www.davidpeinadofotografia.com


Cada vez que en redes sociales se viralizan videos de venezolanos en espacios públicos de algunas ciudades como Nueva York, no solo las personas locales han tenido reacciones de rechazo sino que también otros migrantes (también venezolanos) han expresado su descontento. Algunos hasta se han tomado el tiempo de acercarse a zonas donde se encuentran algunos migrantes en las calles, muchos de estos esperando por algún proceso de refugio, para hacerles saber su descontento con respecto a no estar de acuerdo con que se mantengan en la calle. En su mayoría, estos reclamos son para que estos migrantes recién llegados busquen trabajo y no esperen que les den nada por caridad.

Es entendible y totalmente normal que en crisis migratorias estos escenarios tengan cabida así como también muchos sentimientos negativos. Sin embargo, es preocupante que tanto redes sociales como medios de comunicación tradicionales estén haciendo tanto eco de estas noticias que el rechazo entre personas migrantes de la misma nacionalidad parece estar acentuando los niveles de xenofobia. Los intentos de otros venezolanos por querer demostrar su incomodidad y explicar que hay venezolanos buenos y trabajadores, cayendo en una especie de redundancia, trae como consecuencia la profundización de la discriminación por nacionalidad y los prejuicios.


La endofobia es conocida como el rechazo irracional hacia personas que comparten el mismo origen o nacionalidad

En este orden de ideas, es pertinente hablar de un fenómeno que aunque poco estudiado parece estar muy presente en esta oportunidad. La endofobia es conocida como el rechazo irracional hacia personas que comparten el mismo origen o nacionalidad. Es cuando rechazamos aspectos de nuestra propia identidad cultural e incluso características físicas.


Entre algunos de los comentarios que se destacan con tono endofóbico se hace referencia a que está mal llegar a un nuevo país queriendo ser como se era en el país de origen y que, por el contrario, como migrantes debemos cambiar de mentalidad. Sin embargo, aunque muchos lleguemos a otros países buscando arraigarnos y pertenecer, la identidad de cada persona siempre va a tener un vínculo con el lugar de origen. Aunque se quisiera cambiar y dejar atrás hasta la idiosincrasia que nos caracterice, esto toma un tiempo. Así que, independientemente de lo superiores que nos consideremos como migrantes, debemos respetar el proceso de los demás.


Todo esto va más allá de que a algunos nos avergüencen nuestros orígenes o que existan cosas y personas de ese país que nunca nos gustaron y ahora queremos que no nos persigan a donde nos fuimos.

Resulta que el rechazo entre migrantes connacionales aumenta cuando se trata de una ola migratoria de personas de clases sociales bajas y, de hecho, muchos de los comentarios que se leen en redes sociales o se escuchan en las calles, resaltan las características físicas como el color de piel, sus rasgos y hasta como hablan o se visten que, basado en prejuicios, se consideran propios de personas que delinquen o que vienen de barrios muy pobres.


Debido a este tipo de críticas y formas de rechazo, se considera que la endofobia genera un tipo de actitud discriminatoria que está estrechamente ligada al clasismo y al racismo, algo que también pasa con la xenofobia. Siempre han sido las clases sociales bajas las mas cuestionadas o rechazadas. Y si no lo creemos, solo basta con buscar cómo recibieron en otros países a esos venezolanos que migraron en una primera ola en condiciones privilegiadas. Las puertas estuvieron abiertas para empresarios, profesionales con experiencia en el campo petrolero o en otros sectores formales, lo cual es tremendamente injusto ya que emigrar no está reservado para unos pocos. Todos tenemos derecho de buscar mejores oportunidades en otros lugares así tengamos ritmos de adaptación diferentes.


Cabe destacar que estas actitudes y situaciones no han sido algo exclusivo de la migración venezolana, también ocurre entre personas de nacionalidad colombiana, mexicana y de otros países del sur global en general.

Es lamentable que, así como en el espacio público urbano, cuando lo invisible se hace visible, y en el caso de las redes sociales: viral, incomode a tal punto de que algunos grupos quieran negar el derecho a permanecer en estos espacios aun cuando histórica y simbólicamente algunos sean sitios de encuentro de distintas culturas y el centro de expresiones diversas. Tal parece que, una vez más, los migrantes se dividen en el bando de los buenos y los malos y no precisamente por estar involucrados en actos delictivos, sino por la capacidad que cada migrante tenga para integrarse o “encajar” en un grupo social dominante aun cuando esto signifique abandonar su identidad. Es importante que seamos empáticos con quienes han tenido que huir de sus países independientemente de las diferencias que nos caracterizan, cultura, religión, grado de educación formal o hasta nuestros distintos sistemas de valores. Migrar en muchas ocasiones se vuelve una cuestión de supervivencia, por lo tanto no es una elección sino, quizá, una necesidad, por lo que es importante entender que independientemente de nuestras realidades individuales hay otras que deben ser protegidas, escuchadas y respetadas.


Migrantes venezolanos y endofobia

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